lunes, 3 de enero de 2011

La Compasión Animal... Ternura innata

Sí, los animales sienten compasión, a veces más de la que imaginamos los animales de dos patas... Como ya sabéis tengo acogida en casa a Lucena, una gatita que a pesar de su apariencia de cachorrita tiene unos 8-9 años, una gatita que llegó a mis brazos desnutrida, repelada del estrés, enferma con un calicivirus que le tenía la boquita matada y con tres perdigonazos en su cuerpecito.... Una gatita que inspiraba compasión y ternura a cualquiera que tuviese un poquito de corazón... Y a cualquiera que tenga, aunque no lo creáis, cuatro patas. En mi casa hay más de un mangurrino y más de dos... y más de tres demasiado "alegres" por así decirlo. Demasiado juguetones, un poco "jartibles" valga la andaluza expresión. Pues bien, todos ellos, jóvenes y adultos, juguetones y celosetes, mimosos y traviesos han entendido a la perfección que Lucena necesita tranquilidad, reposo y paz. Todos ellos, sin que nadie se lo haya dicho, respetan su intimidad cuando se recluye en su cuevecita; ninguno le disputa su latita aunque a ellos les toque comer pienso, parece que entendieran que no puede comer otra cosa... Todos ellos sin excepción pasan a diario a saludarla, a olerla, a asomarse a su transportín. Ella está acurrucadita en su mantita dentro de dicho transportín que se ha convertido en su "suite privada", no tiene puertas que la aíslen del resto de la casa, pero cuando quiere tranquilidad ninguno la molesta. Antes bien todos le presentan sus respetos como reconociendo su edad y sus circunstancias. Ninguno le busca "luchitas" o juegos escandalosos. ¿Quién pudo enseñarles que Lucena necesita reposo? ¿Quién les indicó que le deben respeto pero a la vez paz? Nadie, es innato en ellos. Les sale de dentro acercar el hociquillo al transportín, olerla, lamerla si ella se les acerca y después dejarla en paz. Es innato en ellos acercarse a ella cuando sale de la habitación, acompañarla en su paseíto por la casa, y también de vuelta a su reposo. ¡¡Ojalá los humanos mostrásemos tal respeto por nuestros mayores!! Viví una situación parecida con mi Gordo: él era el jefe de la tribu, el anciano venerable al que los jovenzuelos seguían pero sin molestar; se repitió con la corta estancia de Garfield el Rey León, al que los chicuelos "escuchaban" atentamente, con la cabeza sumisa y el oido presto.... Ahora la vivo de nuevo, con esta Señora Doña Gata con apariencia de cachorrita, ellos la reconocen como su mayor, sienten ese maravilloso respeto a su edad, y esa compasión de saberla débil y necesitada de atención.... ...Mis locuelos sienten esa ternura innata que quizás, lamentablemente, los humanos hayamos perdido, la ternura debida a y deseada por... los mayores, quienes sin lugar a duda la merecen. Espero que no sólo nuestros peluditos vejetes, sino también nuestros abueletes humanos disfruten de nuestra ternura. La necesitan. Mis niños les ofrecen un especial abrazo hoy, con toda su ternura al refugio maravilloso del Proyecto "Su último Hogar" Ruego a todos los que puedan tiendan su mano a esta maravillosa iniciativa. CONTACTO: ELENA GUTIÉRREZ protegerlosinocentes@gmail.com Por todos los abueletes. BdS